LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
GENERATIVA (IAGEN) Y LA FUNCIÓN JUDICIAL-II
Corte Constitucional de Colombia
13 de octubre 2024
Por Andrés Gil
Domínguez
Tomado de
DIARIO CONSTITUCIONAL, Chile
Publica Abg.
Rafael Medina Villalonga
SEGUNDA
PARTE
“En
tercer lugar, la sentencia desconoce la existencia de la “ingeniería en
prompteos legales” mediante la cual es posible que la IAGen pueda actuar como
un juez o jueza especializado o bien evitar “alucinaciones” que produzcan
respuestas falsas. Una de las estrategias del prompt engineering –denominada
system message- consiste en “configurar” al modelo indicándole qué debe o no
hacer asignándole alguna personalidad, rol o formato que deba aplicar en su
respuesta o preparándolo para actuar en determinado contexto; otra consiste en
utilizar “técnicas de mitigación de riegos” a través de las cuales se puede
disminuir la posibilidad de alucinación del modelo a la hora de realizar una
tarea basada únicamente en la información suministrada por la persona. Veamos un
ejemplo de prompteo que podría utilizar la Corte Constitucional de Colombia
combinado las mencionadas estrategias con el objeto de evitar alucinaciones y
hacer trabajar a la IAGen con información determinada o small data:”
“Soy
la Corte Constitucional Colombiana y te pido que me ayudes a redactar un
proyecto de sentencia conforme los hechos, fallos y normas que figuran en el
archivo adjunto. No respondas que sólo eres un modelo de lenguaje y que no
puedes actuar como un tribunal constitucional. No inventes ni generes
respuestas basadas en otros datos. El proyecto de sentencia que elabores será
revisado por un funcionario judicial antes de ser aplicado.
En cuarto lugar, la propuesta de tener una “IA de propiedad y uso exclusivo del
Poder Judicial” –como lo fue en su momento Prometea o PretorIA- es una idea
anclada en el pasado, puesto que la aparición de la IAGen multimodal no solo
permite producir contenidos sobre información dada con el objeto proponer la
resolución de casos teniendo en cuenta dichos antecedentes, sino también, puede
generar información proponiendo alternativas que no sigan los antecedentes
brindados por la persona interactuante (en este caso la jurisprudencia
dictada).”
“Por
último, existe en la sentencia de la Corte Constitucional una idealización o
sobreestimación del juez humano analógico como si fuera un ente que todo lo
sabe, insusceptible de recibir influencias externas y siempre dotado de una
poderosa capacidad de empatía contextual. Antes que un juez o jueza adopten una
decisión final sobre un caso intervienen un conjunto de funcionarios que
realizan distintos tipos de tareas utilizando –en muchas ocasiones- fuentes
doctrinarias sostenidas por argumentos voluntaristas o descontextualizados.”
“También los jueces y juezas
están surcados por los sesgos y utilizan “cajas negras” o razonamientos no
trazables. Una IAGen tiene la capacidad de realizar la misma función en 320
milisegundos ofreciendo distintas alternativas argumentales para la resolución
de un caso y una vez que aprende sobre la improcedencia de un sesgo no lo
repite más. En ambos casos, la última palabra la tendrá el juez o jueza que
dicte sentencia y la IAGen solo será un asistente colaborativo inteligente
digital ¿Por qué entonces subsiste la postura corporativa de inhibir el uso de
la IAGen en la elaboración de proyectos de sentencia? En una sociedad global
que convive con la IA de manera coevolutiva no existe ninguna respuesta
medianamente razonable. Por el contrario, tal como sostienen Corvalán y Melamed
con la IAGen aparecieron nuevas habilidades tales como: a) entender dónde no
aplicar IA y b) aprender a garantizar cuándo y dónde asegurar la intervención
humana en los procesos automatizados por IA. Estas nuevas capacidades se basan
en los conceptos de “Not by IA” y “Human in the loop” (HITL). El primero se
vincula con ecosistemas laborales basados en tareas no automatizables, en donde
es relevante -por diferentes factores- el “toque humano” en relación a
emociones no simuladas, tareas que demandan mucha contextualización cultural,
otras que se basan en experiencias físicas y biológicas y algunas en las que
sea importante destacar la importancia de los procesos analógicos cara a cara
(ej. comunicar un diagnóstico a un paciente).”
“Como
complemento, el segundo se refiere a un enfoque donde las personas intervienen
en momentos clave para ajustar, validar o corregir las decisiones que toma la
IA en lugar que estas operen de forma manera autónoma, permitiendo conjugar la
capacidad de la IA para procesar grandes cantidades de datos rápidamente y el
aporte humano respecto de juicios, contexto y valores que las máquinas aún no
pueden interpretar completamente; en este sentido, consiste en una categoría
transversal que será exigida en procesos complejos y también en escenarios de
definiciones importantes para tomar decisiones críticas en las organizaciones
(ej. asegurar una evaluación humana de sesgos negativos antes de aplicar
sistemas de IA en tareas de atracción y selección de talento).”
“III.
En un artículo recientemente, Sam Altam expresó que la IA les dará a las
personas herramientas para resolver problemas difíciles y es posible que
tengamos una IA superinteligente en unos pocos miles de días o quizás tome más
tiempo, pero la humanidad seguramente alcanzará este objetivo. Aunque esto no
ocurrirá de repente, en breve, podremos trabajar con una IA que nos ayude a
lograr mucho más de lo que jamás podríamos hacer sin ella; con el tiempo, cada
uno de nosotros podrá contar con un equipo personal de IA lleno de expertos virtuales
en diferentes áreas que trabajarán juntos para crear casi cualquier cosa que
podamos imaginar ¿Cómo llegamos al umbral del siguiente salto hacia la
prosperidad? En tres palabras: el aprendizaje profundo funcionó. La humanidad
descubrió un algoritmo que realmente podía aprender cualquier distribución de
datos (en realidad las “reglas” subyacentes que producen cualquier distribución
de datos). Con un grado de precisión sorprendente, cuanto más computación y
datos estén disponibles, la IA mejor ayuda a las personas a resolver problemas
difíciles. La tecnología nos ha llevado de la edad de piedra a la era agrícola
y luego a la era industrial. A partir de acá, el camino hacia la era de la
inteligencia está pavimentado con computación, energía y voluntad humana.”
“En
el trayecto hacia la era de la inteligencia, el Poder Judicial debe tomar
decisiones urgentes con perspectiva tecnológica habilitando el uso de la IAGen
para brindar un servicio de justicia más eficiente.”
“La
utilización expansiva de la IA por toda la sociedad global interpela cada vez
más a la función judicial; si no se adoptan medidas concretas la misma quedará
entrampada en una suerte de “edad de piedra analógica” ante la imparable
coevolución relacional entre el homo sapiens aumentado y la IA.”
“Andrés
Gil Domínguez es profesor de la materia “Constitucionalismo digital e
inteligencia artificial” (materia del Ciclo Profesional Orientado (CPO) de la
carrera de abogacía de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires
y materia optativa de la materia de la Maestría en Derecho Administrativo de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires). Director del Proyecto
de Investigación “Desafíos del derecho frente a la Inteligencia Artificial”
(Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la Universidad Nacional de La
Pampa).”